jueves, 26 de septiembre de 2013

A que huele…

Si la soledad tuviera olor, apestara.
Seria esa peste póstuma del cuerpo
Un hedor balsámico de los recuerdos
Ha formol con sudor de los instantes,
 sería el mejor floral enfrascado.

Se exclamaría, que bien huele tú soledad…¡
Cada paso sería dejar rastro, pero sin huella.
Una especie de neblina sustituirá la sombra
El rociarse excesivo te haría transparente
Olerse como perros seria la locura de los siglos

Se extraería la esencia de los ermitaños,
los vagos, poetas, locos, músicos.
La nostalgia seria la marca más cara,
se reclutaría a la gente más esteparia
de los alcohólicos se obtendría lo más exótico en fragancia.

El olor pútrido del marginal se traficaría
Los panteones serian laboratorios
El mal aliento seria refrescante
La basura se guardaría como víveres
Y todo esto si ella tuviera un olor.


Brigadiel.-

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Padecer…

Este dolor de garganta es como brujería untada por tu lengua…

Brigadiel.-

Nostalgias de un charco

Ahora entre la bocanada del cigarro y la esquina rota, intento revolcar mis recuerdos, pero el barullo mediático de la vigilia se hace presente, recordándome que no estas presente, que alguien ha venido y te ha robado la estancia gozosa que en años anteriores solía ser individual, ahora camino entre el charco derramado y sé que tengo que llegar a su extremo, aunque en el intento miles de barcos de papel se hundan con su resistente debilidad, vascas a la mexicana el primer velero…

Brigadiel.-
Me ha dado

Y es que últimamente eso ha pasado
He desempolvado aquella figura clásica
De la vida y de ese ángulo de  herradura
Puesta en una puerta con madera carcomida.

Como a cierta hora de la noche
Me da por soplar tu polvo acumulado
En mis ojos, en las manos y mis hombros
Me da por hacer un tono con silbidos
Aludiendo a tu nombre y socavando en la pared.

Me ha dado por el jazz
Por la pulcritud
Por estigmatizar el silencio
Por petrificarme en una pagina

Me ha dado con más fuerza
Esto que iba perdiendo y que ahora sostengo
Y esto no habría pasado, este que me hadado
Ahora vos me has dado, estas ganas, que hemos
De darnos, nos ha dado..¡

Brigadiel.-
Se desprendió de la mañana…

Has llegado por las noches
Estas tantas noches
Mojándome los labios
Presintiendo tu calor
Confundiendo tu textura

Y transcurre y te desprendes
Será que es la inercia del deseo
La necesidad resumida en espacios breves
Estos lapsos de la mañana
Son ahora mis favoritos

Inquieta, pasiva, frágil, sensitiva
Así te proyectan mis necesidades
Así te ven mis ojos en el sueño
Te sienten así estas manos 
Que también sueñan que la desnudan

Siempre logro apreciar
El lomo de tu cadera
La hendidura de tu espalda
Una parte de tu cabello sobre mi cara
Tus pies enredados a los míos


Regálame un gesto, una sonrisa.
Voltea para mí, antes que te recoja la mañana.
Antes que te desprendas, antes que se rompa este puente
fabricado, con tiras de brumas seculares.

Brigadiel

jueves, 19 de septiembre de 2013

Siempre te acoge

Como blanco y negro, agrio y dulce,
Soledad que se explica, miseria acumulada
Recortes dolientes del  recuerdo,
Maldiciones en las horas del día
Condenado por las noches
Sollozando en la madrugada.

Que la soledad te recuerda que le haces compañía
Jamás se encima en la carne viva que deambula
El esqueleto mismo es quien la acosa
Tras su osadía, le toma la mano sosteniéndola
Como besando los cenos de una mestiza abrillantada.

Oh, su fedilidad sabe traicionar
Crea mentores despropositos
Plastificados en la dimensión de la pared
El espacio que respiras tiene su edor
Trepa sobre las uñas, se agarra de tus sabanas.

Se perfuma con la humedad
Palpita la calcitrante peste,
La cual disfrutas atrapar en tus fosas mal calibradas
La recostas cercas de vos, para que tu mano de con ella
Tu ropa ahora mismo se suaviza con ella.

Tu pudiente espacio pasa por ella
La soledad son esos rinconcitos
Los cuales escupís y no ves
Donde posas el codo
Esta ahí cuando perdes la mirada mientras algo te aburre
Cuando perdes la mente queriendo evitarla.

Brigadiel.-

Balcones
El privilegio de tener un lugar
La mejor perspectiva,
siempre han sido los balcones
Al contemplar el pacillo de las noches
he estado ahí, en muchos de ellos

De formas distintas, ubicados de norte a sur
La compañía de un cigarro
La mirada lánguida dilatada y pérdida hacia la nada.
El recuerdo benigno  a la distancia

A lo lejos el bullicio se visualiza
La vida nocturna en sus contrastes
El asfalto social segregado
La música representación de las esquinas
Disfrazado de vida para muchos
En espera para pocos

Has vito una rata entre la basura
Una prostituta celando el sexo
A los ebrios entonar sin ritmo
La vida desfilando de ánima

Ahora que me pregunto?
Si los balcones han sido siempre así
Con una panorámica para nosotros
Y una mirada cínica para los otros
Noche a noche te regalan postales
Te hacen soñar con amores
Te iluminan y refrescan tu realidad

Estarán ahí por siempre
Cada que regrese a ellos
Cuando visite ciertos lugares
Cuando el alba vuelva, no son los mismos
Se rehacen bajo la noche,
maduran impropiamente su enfoque.

Se ahogan con los primeros rayos del sol
Renacen siendo otros, recobran su postura
Encienden la llama del pensamiento, llameando estará
En llamas crece y en humo se pierde, al final
Volverás y recargaras tu vida nuevamente
Colgando tu estirada y buena soledad.


Brigadiel
La cosa es que…¡

Bebo viernes, sábado y domingo pensando tú ausencia,
y los lunes estoy por comenzar a curarme.
Para el martes espero tener resacas de mis soledades.
Del miércoles espero que  me llame alcohólico satisfecho.
El jueves hará pauta de cobardía y sabrá ser compañía.
Llegara viernes será de entera confianza y causas casi perdidas.

Me sentare en el recuerdo valiéndome de tan viles días,
con la lagrima que derrame y la gota sudadita.
Inválido desde que no estás, más compensare mis esperanzas rotas.
Daré crédito a que te pasó por alto, 
a que no me convence más tú desnudez.
A que el golpe de esa carta triplica el peso de mis días de perdición.

Lo cosa es que de la notoriedad de tu ausencia
Sacare provechos que aun sentado, arrinconado
Dolido, resentido, retorcido hare un abultado cumulo
De recuerdos ligeros cada vez más lejanos
Siempre menos parecidos a lo que quedo de aquella lectura
Con textos sabor a bilis de los ancianos.


Brigadiel 
Ese quizás ¡

Hablando de nostalgias, vaya uno a saber que nostalgia te encontres cuando dobles esa calle que pisas con cierta incertidumbre, con un allegado presentimiento, el cual has inventado hace unas horas mientras fumabas en el cuarto y bebías ahí mismo.


Brigadiel.


Ciertamente me retuerzo

Me regocijo del tedio
en el punto a punto de los meses
en el suspenso vacíos de los días
en los besos botelleros
en la línea derramada de una cerveza.

En él cuenta gotas del lavabo roto,
en el aire caliente del maldito ventilador,
en el viento brevemente que se filtra en la rendija,
en los haikus de Benedetti,
en la locura razonable de Bukowsky,
en un acervo de Baudelaire.



Brigadiel

Miserablemente, quizás sea amor

Por las miserias de mi niñez.
Que en verdad te extraño…¡
Había pretendido encontrar este padecer,
unos cuantos años atrás en otras faldas, bocas y piernas
Conseguí un poco de eso, menos este padecimiento.

Trecientos sesenta días sostuve tu recuerdo, 
el resto los masturbe.
Estuviste lejos en su mayoría, yo lo estuve,
casi los treinta deambulamos hombro a hombro,
recostado en tus muslos, salió de nuestras bocas
siento que te conozco, desde siempre,
la verdad más que a mismo, puede ser.

Llego el tiempo en que parecía un tamarindo.
Azotado por soles de marzo y abril.
Con ramas desganadas, frutos quebrados.
Padeciéndome en mis condiciones
Los has visto, enfermos por el tiempo.
Con estrés de no tener otra sombra de compañía.

 Al pasar del temporal, los tamarindos
brotan en cientos de esperanza.
Seguía igual, con pensamientos estirados.
Enfermándome de añoranzas,
Con porte de rama seca,
Vaporeado por graba de rio seco.
En íntima relación con oscuras esquinas.

Al comenzar la idea del arribo, alivio sentí,
se asomó una intervención de ponzoña
tú llegada seguía en pie,
más seco que el árbol, me desprendí,
maldiciones solloce,
para nuestra historia insultos, suspire.

Ideando como perderme, encontré.
Justamente enraizando e reintegrándome,
así estaba en esos días, fue tu convicción
quien me encontró, para plantar el fin de nuestra historia,
plantar, quizás porque sean primos hermanos.
El fin y comienzo y en esa hora fue el tiempo de cumplir,

con promesas que nos hicimos.

Brigadiel.-

miércoles, 18 de septiembre de 2013

AMELIA I

23 años de fermentar un deseo
indescriptible su aparición en sueños
real sostener mis manos en senos y piernas
su sensualidad es proporcional
se compara con una erección prolongada
tienen relación, una excitación acumulada.

Atreverme a tocarla fugazmente,
lo mejor que pude hacer,
el mejor recuerdo, lo más cerca y atrevido,

parecido a poseerla tras noches sin descanso.

Brigadiel.-


AMELIA II

Nuevamente en sueños
continua no eres,
apareces cada vez que reinicio mi vida,
cada que tengo 9 años y

duermo en posición fetal.

Hoy que te soñé, me rodea
una tortillería transgénica
un batallón militar sin beneficio
oficinas de la PGJ,
la burocracia municipal

A mi espalda la vecina del 13
nunca me la topo, pero
por el tono de su voz
deduzco que es bella e independiente.

Constatar que a tu edad,
la mitad es mía y tiempo ya no hay,
el deseo se hace notar,
tus primeras arrugas,
marco de mis primeros deseos.

Soñaba, jugaba, deseaba,
reposar mis manos en tus pechos,
morirme entre la parte baja de tú vientre,
espiaba y escribía para vos
un fisgón en turno aquellos 9 años
los guarde para nuestra historia,
esa que yo invente.

Brigadiel.-
AMELIA III


Amelia, el pueblo no es el mismo.
La calle no es la misma, tú casa tampoco.
La mía menos, ahora la cubre el asfalto,
se perdieron las piedras.

No hay más esa suave tierra.
No hay más ese olor de arcilla.
Ese olor que se desprendía.
Con la llegada de las primeras lluvias.

Eso olor dador de vida.
Amelia, te comento que Alexander
emigro hace muchos años al norte,
lo atraparon las fábricas,
el tiempo lo ha borrado.

Era amigo y vecino.
Sobre todo compartíamos,
el deseo por ti, imaginábamos
tus senos, tus piernas, tus labios.
Y una excitación mutua se desprendía
Nada de eso queda ahora.
Nada importa, nada se parece,
todo lo cubrió el tiempo.

Brigadiel.-